La reflexión actual sobre
el valor artístico de la moda no es nada trivial. Es más, se antoja
imprescindible en un momento como el que vivimos, en el que las fronteras entre
el Arte con mayúsculas y el diseño están cada vez más difusas, hoy todo se
mezcla con todo. El diseño, del que tan sólo una manifestación es la moda, está
penetrando con descaro (marketing y negocio) en los templos legendariamente
consagrados en exclusiva al Arte, y por tanto no sólo en los museos dedicados
específicamente al diseño o la indumentaria sino también en otros de la talla
del Guggenheim, MOMA o el Reina Sofía, donde el objeto de diseño se
descontextualiza para mostrarlo más como una forma de expresión artística y no
tanto como un objeto creado con una función específica.
La mayoría de los grandes museos han desarrollado exposiciones temporales sobre el mundo de la moda, sin poner en duda la lógica de un respeto museístico hacia algunos creadores con categoría creativa suficiente como para integrar la nómina de los grandes artistas. Es el caso, por lo menos en el siglo XX, de Cocó Chanel, Cristobal Balenciaga, Armani, Christian Dior e Yves Saint Laurent que ya han sido objeto de numerosas retrospectivas, comisariadas por especialistas de rigor como Diana Vreeland o el mismo Harold Koda, en museos del máximo prestigio.
La mayoría de los grandes museos han desarrollado exposiciones temporales sobre el mundo de la moda, sin poner en duda la lógica de un respeto museístico hacia algunos creadores con categoría creativa suficiente como para integrar la nómina de los grandes artistas. Es el caso, por lo menos en el siglo XX, de Cocó Chanel, Cristobal Balenciaga, Armani, Christian Dior e Yves Saint Laurent que ya han sido objeto de numerosas retrospectivas, comisariadas por especialistas de rigor como Diana Vreeland o el mismo Harold Koda, en museos del máximo prestigio.
La fundación Guggenheim es
una de las instituciones artísticas que suele tratar la moda dentro de sus
temáticas expositivas, claro ejemplo de ello fue la retrospectiva que en 2001
se le hizo a Giorgio Armani en la sede de Bilbao.
Otro ejemplo, más representativo si cabe, es el del Victoria & Albert Museum de Londres, que dedica gran parte de sus salas y su programación a la moda, organizando actividades donde ambos campos, arte y moda, interaccionan sin complejos.
Otro ejemplo, más representativo si cabe, es el del Victoria & Albert Museum de Londres, que dedica gran parte de sus salas y su programación a la moda, organizando actividades donde ambos campos, arte y moda, interaccionan sin complejos.
Este verano se puede ver
alguna que otra exposición más sobre esta temática, el Metropolitan de Nueva
York acoge una muestra singular, Schiaparelli and Prada: Impossible Conversations, en la
cuál se ha recreado una entrevista ficticia entre ambas diseñadoras, y otra que
hace una reflexión más cercana entre Arte y Moda, Reflecting Fashion, en el Museo de Arte
Moderno de Viena.
"Woman ensembles", Giorgio Armani, Guggenheim Bilbao, 2001. |
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